El informe del Departamento de Estado de EE.UU sobre
Colombia:
¿Estaremos a punto de ser declarados país no
viable?
AnaMercedes Gómez Martínez
Después de leer las 57 páginas del informe
sobre Colombia 2014-2015 del Departamento de Estado de Estados Unidos me surgen
muchos interrogantes sobre temas específicos que trata dicho informe. He hecho
una traducción de los puntos que me parecen más graves. Advierto que esta no es
una traducción oficial.
Dice que las elecciones presidenciales en que
fue reelegido J. M. Santos fueron libres y justas. No puedo olvidar el largo silencio
entre el segundo y el tercer boletín de la Registraduría Nacional del Estado
Civil. En el segundo, ganaba Óscar Iván Zuluaga, quien había triunfado en
primera vuelta. En el tercero, contado el 85% de los votos, ganaba Santos. Y
por más que el 15% restante fueran votos por Zuluaga, ya el presidente era
Santos. Ya se habían sumado votos de regiones en donde era vox populi que había
habido mermelada a montones. ¿Se puede, entonces, afirmar que las elecciones
fueron libres y justas?
Dice después que los problemas relativos a los
derechos humanos fueron la impunidad, el desplazamiento forzado, la corrupción
y la discriminación social. Creo yo que esos siguen siendo problemas. Basta
preguntarles a campesinos y a habitantes de miles de barrios en cascos urbanos.
Se refiere a un ineficiente sistema de
justicia, sometido a intimidación que limitó al Gobierno para actuar. Que las
ganancias del tráfico de drogas a menudo aumentaron la corrupción, los
asesinatos extrajudiciales e ilegales.
Que los grupos armados ilegales,
incluidas Farc, Eln y Bacrim cometieron abusos y asesinatos políticos. Que a 31
de julio, el 36.4% de los detenidos lo eran antes de ser juzgados y que algunos
fueron liberados porque cumplieron un tercio de la pena máxima correspondiente
a los cargos que se les imputaban. ¿No estamos ahora en las mismas o peor?
Dice el informe que, en general, el Gobierno
respetó la independencia de la rama judicial y que declaró que no había
detenidos políticos. Ahí mismo pensé en Bernardo Moreno, Diego Palacios, Sabas
Pretelt, Jorge Noguera, María del Pilar Hurtado, Luis Alfredo Ramos y la lista
sigue y es larga.
Después dice que los que antes eran paramilitares,
(no autodefensas) y las Farc se robaron el 80% de tierras que llegarían a 9.9
millones de acres y que pertenecían a pequeños propietarios. Y que de estas,
sólo fueron reclamadas unas pocas por el Gobierno después de la desmovilización
de las AUC en 2006. Leo esto y recuerdo lo difícil que ha sido y será el
problema de restitución de tierras.
Mencionan el oscuro tema de Andrómeda, tomado
de Semana, y recuerdo que esto influyó para quitarle votos en la segunda vuelta
presidencial a Óscar Iván Zuluaga. Cada acción tiene una consecuencia, a veces
perversa. ¿O no?
Luego habla el informe de las minas
antipersonal y afirma que las Farc son las que más las usan, lo mismo que armas
no convencionales. Creo que se refieren, por ejemplo, a los cilindros bomba. Y
que tanto Farc como Eln tratan mal a sus prisioneros, incluyendo a los heridos
y personas enfermas. (Secuestrados, diría yo). ¿No va esto contra los Derechos
Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, DIH?
Y entra al triste capítulo de la violencia
sexual en el que afirma que esta se mantuvo como una de las principales
herramientas usadas por los grupos armados ilegales para atemorizar y lograr el
desplazamiento forzado. Y que según la ONU estos grupos mataron o atemorizaron a
niños con la muerte por sospecha de que eran informantes al servicio de los
militares. Que el ICBF informa que la edad promedio del menor reclutado es de
12 años. Que hasta julio había desmovilizado a 5.800 menores. ¿Qué sentirán
esos niños, el futuro de Colombia?
Dice el Departamento de Estado que las Farc y
otros usaron a niños como combatientes y reclutadores de otros niños para ser
espías, recoger información de inteligencia, servir como esclavos sexuales y
proveer apoyo logístico. Las Farc han forzado a las mujeres a abortar entre una
y siete veces. ¿Cómo queda la autoestima de estos niños y jóvenes? ¿Su salud
mental?
El 8 de junio, dice el informe, las Farc
dirigieron cinco ataques al oleoducto Transandino y produjeron un derrame de
crudo de 410 mil galones que cayeron a la red fluvial del departamento de
Nariño. Y secuestraron 19 carros tanque con crudo en Putumayo. En esta acción
forzaron a los conductores a derramar 130 mil galones en la carretera y dañaron
el ecosistema y afectaron a los habitantes que dependen de este ecosistema para
vivir. Y esto, mientras seguían los diálogos habaneros.
Las guerrillas, agrega el informe, usan,
rutinariamente, a civiles como escudos, para defenderse de la Fuerza Pública y
desplazan campesinos a la fuerza para despejar las rutas de tránsito de la
droga y el armamento en zonas estratégicas. También han impuesto bloqueos de
facto a las comunidades en regiones donde tienen influencia significativa.
Bandas, Farc y Eln han entrado a la fuerza a casas,
monitoreado las comunicaciones y forzado desplazamientos o llevado gente, a lo
largo de puntos clave de tránsito de la droga y para despejar áreas de minería.
El Gobierno, dice el informe, ha influido
frecuentemente en la prensa, en parte a través de su presupuesto de publicidad.
La Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, reportó 91 incidentes de
secuestro, acoso a periodistas y el asesinato de cuatro. El 10 de septiembre
fue asesinada Flor Alba Nuñez cuando entraba a la emisora en que trabajaba en Pitalito.
También se da el caso de autocensura.
Los mismos autores ya mencionados han matado a
siete educadores, amenazado y desplazado a otros y sus familias por razones
políticas y financieras, lo que los ha llevado a tener bajo perfil y evitar
discutir temas controvertidos. Y establecen retenes ilegales en carreteras
rurales, especialmente en Putumayo, Arauca, Antioquia y Norte de Santander.
La corrupción gubernamental es un problema y,
según el Banco Mundial, los ingresos por narcotráfico aumentaron la corrupción.
Según la ONG Somos Defensores, 34 activistas de
derechos humanos fueron asesinados y 332, amenazados.
Las bacrim forzaron esterilización en Santa
Marta.
Después de esta traducción resumida, muchos nos
preguntamos: ¿Es este el camino para la paz con dignidad que Colombia se
merece? ¿Podrá haber impunidad para tantos delitos atroces? ¿Merecen llegar al
Congreso quienes los cometen? ¿Cómo se va a acabar con el narcotráfico, cuando
produce tanto dinero que guardan los narcoterroristas? ¿Aceptarán un sueldo
digno pero infinitamente menor que lo que les entra por el comercio ilegal de alucinógenos
y la minería, igualmente ilegal?
Tenemos que perdonar y tragar muchos sapos.
Pero, ¿estos grupos violentos sí estarán dispuestos a dejar de cometer tantos
crímenes, a pedir perdón, a reparar a sus víctimas y a comprometerse a nunca
más delinquir? Ojalá este equivocada y Colombia tenga un futuro despejado, con
una amplia clase media, seguridad personal y jurídica, cero corrupción y
desarrollo integral. ¿Estaremos a punto de ser declarados país no viable?
¿Dónde está la coherencia?
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