Los porqués
que seguramente no tendrán respuesta
¿Por qué
tantos empresarios y hasta reconocidos miembros del clero católico no protestan
por el vertiginoso aumento de los cultivos de coca en Colombia, hasta haber
vuelto el país a ocupar el deshonroso primer lugar en el mundo, por encima de
Perú y Bolivia?
¿Por qué no
parecen preocuparse por el aumento de laboratorios que procesan la hoja de coca
y la convierten en un alucinógeno, llámese cocaína, crack, bazuco, etc. que daña
la mente de los consumidores y los vuelve adictos, esclavos de su adicción?
¿Si
cuidamos el ambiente, por qué no se asustan ante la cantidad de precursores
químicos que estos laboratorios vierten a las aguas y acaban con la vida animal
y vegetal?
El Papa
Francisco, ayer en México, llamó “mercaderes de la muerte” a los narcotraficantes.
¿Por qué acá ni tantos empresarios ni tantos reconocidos miembros del clero
reconocen que el primer cartel de la droga en Colombia está conformado por las
Farc, el Eln y las Bacrim, siendo las Farc los líderes?
Entonces,
según el Papa Francisco, la cadena de la droga y sus mercaderes producen muerte.
¿Cuál es la razón para el silencio de reconocidos miembros del clero católico y
de tantos empresarios? No me pregunto por los negociadores en Cuba porque
intuyo las razones.
¿Por qué el
silencio de buena parte del clero católico y de empresarios ante el
reclutamiento de menores por parte de los violentos?
¿Por qué el
silencio de tantos reconocidos miembros del clero católico y de empresarios
ante la violación de niñas menores de edad por parte, por lo menos, de las Farc?
¿Por qué el
silencio de tantos reconocidos miembros del clero católico y de empresarios
ante el testimonio de una jovencita que logró volarse de las filas farianas,
según el cual, escondió su embarazo porque quería tener y criar a su bebé y fue
obligada a abortar? El bebé, de ocho meses de embarazo, aguantó todos los
intentos de asesinarlo, nació vivo y fue muerto en presencia de su mamá. ¿No
están por la vida? ¿Olvidan que una criatura en el seno materno es un ser
distinto a ella, quien le presta su cuerpo y sus nutrientes mientras nace y
después lo acoge en su regazo? ¿Olvidan que es un ser humano, el más indefenso
antes de nacer y en sus primeros años, si se compara con todas las criaturas
que pueblan la Tierra?
¿Por qué
los de extrema izquierda, que quieren la paz habanera, nos dicen paramilitares
a los que no queremos esa paz?
Cuántas
veces tendremos que decir que estamos por la paz, pero dentro de un Estado
Social de Derecho, con libertades responsables, una justicia justa, penas
cortas, pero en recintos carcelarios para quienes han cometido delitos de lesa
humanidad y violatorios del Derecho Internacional Humanitario. Que para ellos
no aceptamos la impunidad total. Que queremos la paz, pero no aceptamos que el
narcotráfico sea considerado delito conexo con el delito político. Que todos en
Colombia debemos aceptar con generosidad, sin cárcel, a los guerrilleros rasos
y hacer todo por su preparación académica para que entren al mercado laboral.
Lo recordó
Fernando Londoño esta mañana en “La hora de la verdad”: Los sicarios se drogan
para poder asesinar a sangre fría. Este método se lo craneó el extinto
narcotraficante Pablo Escobar. Y él cree, y yo estoy de acuerdo con él, que las
guerrillas y bacrim hacen lo mismo.
Para
terminar hoy, recuerdo, de nuevo, las palabras del Papa Francisco ayer en
México: Los narcotraficantes son “mercaderes de la muerte”. Por lo tanto, no
podemos estar tranquilos con las negociaciones de Cuba que apoyan tantos y con
tanto empeño.
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