lunes, 15 de febrero de 2016

Los porqués que seguramente no tendrán respuesta

¿Por qué tantos empresarios y hasta reconocidos miembros del clero católico no protestan por el vertiginoso aumento de los cultivos de coca en Colombia, hasta haber vuelto el país a ocupar el deshonroso primer lugar en el mundo, por encima de Perú y Bolivia?

¿Por qué no parecen preocuparse por el aumento de laboratorios que procesan la hoja de coca y la convierten en un alucinógeno, llámese cocaína, crack, bazuco, etc. que daña la mente de los consumidores y los vuelve adictos, esclavos de su adicción?

¿Si cuidamos el ambiente, por qué no se asustan ante la cantidad de precursores químicos que estos laboratorios vierten a las aguas y acaban con la vida animal y vegetal?

El Papa Francisco, ayer en México, llamó “mercaderes de la muerte” a los narcotraficantes. ¿Por qué acá ni tantos empresarios ni tantos reconocidos miembros del clero reconocen que el primer cartel de la droga en Colombia está conformado por las Farc, el Eln y las Bacrim, siendo las Farc los líderes?

Entonces, según el Papa Francisco, la cadena de la droga y sus mercaderes producen muerte. ¿Cuál es la razón para el silencio de reconocidos miembros del clero católico y de tantos empresarios? No me pregunto por los negociadores en Cuba porque intuyo las razones.

¿Por qué el silencio de buena parte del clero católico y de empresarios ante el reclutamiento de menores por parte de los violentos?

¿Por qué el silencio de tantos reconocidos miembros del clero católico y de empresarios ante la violación de niñas menores de edad por parte, por lo menos, de las Farc?

¿Por qué el silencio de tantos reconocidos miembros del clero católico y de empresarios ante el testimonio de una jovencita que logró volarse de las filas farianas, según el cual, escondió su embarazo porque quería tener y criar a su bebé y fue obligada a abortar? El bebé, de ocho meses de embarazo, aguantó todos los intentos de asesinarlo, nació vivo y fue muerto en presencia de su mamá. ¿No están por la vida? ¿Olvidan que una criatura en el seno materno es un ser distinto a ella, quien le presta su cuerpo y sus nutrientes mientras nace y después lo acoge en su regazo? ¿Olvidan que es un ser humano, el más indefenso antes de nacer y en sus primeros años, si se compara con todas las criaturas que pueblan la Tierra?

¿Por qué los de extrema izquierda, que quieren la paz habanera, nos dicen paramilitares a los que no queremos esa paz?

Cuántas veces tendremos que decir que estamos por la paz, pero dentro de un Estado Social de Derecho, con libertades responsables, una justicia justa, penas cortas, pero en recintos carcelarios para quienes han cometido delitos de lesa humanidad y violatorios del Derecho Internacional Humanitario. Que para ellos no aceptamos la impunidad total. Que queremos la paz, pero no aceptamos que el narcotráfico sea considerado delito conexo con el delito político. Que todos en Colombia debemos aceptar con generosidad, sin cárcel, a los guerrilleros rasos y hacer todo por su preparación académica para que entren al mercado laboral.

Lo recordó Fernando Londoño esta mañana en “La hora de la verdad”: Los sicarios se drogan para poder asesinar a sangre fría. Este método se lo craneó el extinto narcotraficante Pablo Escobar. Y él cree, y yo estoy de acuerdo con él, que las guerrillas y bacrim hacen lo mismo.


Para terminar hoy, recuerdo, de nuevo, las palabras del Papa Francisco ayer en México: Los narcotraficantes son “mercaderes de la muerte”. Por lo tanto, no podemos estar tranquilos con las negociaciones de Cuba que apoyan tantos y con tanto empeño. 

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