Desde el asfalto
De las intenciones ocultas en el Acuerdo
Farc-Santos
AnaMercedes Gómez-Martínez
El “Acuerdo final para la terminación del
conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” tiene muchas
particularidades que algunas personas pueden pensar que carecen de importancia
o que son un gran reconocimiento, sobre todo, a la mujer, y respeto a la
comunidad LGTBI.
Pues su significado debería preocuparnos a
todos porque detrás hay una ideología y una campaña que empezó en el Siglo XX y
ha tenido el impulso de la ONU y de fundaciones muy poderosas.
El documento Farc-Santos menciona siete veces
la “identidad de género”, 185 veces a las mujeres y 4 veces a la comunidad
LGTBI.
En la segunda mitad del Siglo XX, hubo sectores
herederos de las teorías de Malthus quien temía que no habría recursos para
alimentar a tanta gente, si la población seguía creciendo al ritmo que iba. Que
había que frenar la reproducción humana con métodos anticonceptivos.
El feminismo liberal anglo-americano
protestante promovió y sigue promoviendo el papel de la mujer en el contexto
político y social. No me opongo a esto. Sino al cuándo. Porque la madre debe
estar en el hogar cuando sus hijos son infantes. La familia es el núcleo
fundamental de la sociedad. En ella se aprenden los valores que han de
acompañar al ser humano durante toda su vida.
Pero hay otro feminismo socialista: el francés
y el alemán que acomoda la lucha de clases de Marx a la lucha entre hombres y
mujeres. Que dice que la mujer no es propiedad privada, que es oprimida por los
hombres. Que, entonces, la mujer debe estar convencida de que es igual al
hombre.
Olvidan lo diferentes que son la sicología
masculina y femenina. Somos distintas. Eso lo dicen la sicología y la
siquiatría serias.
Estos sectores herederos, ya mencionados, buscaron
otra solución: promover las relaciones sexuales no reproductivas a través del
homosexualismo y el lesbianismo. Eliminar a los adultos mayores que “sólo
generan problemas y exigen cuidados que cuestan dinero”. ¿Cómo? Con la
eutanasia. Y promover el aborto.
Quienes tenemos más años recordamos los
movimientos feministas que buscaban la igualdad de la mujer con el hombre:
igual o mejor educación, que salieran a trabajar y se sintieran mal si optaban
por quedarse en la casa y cuidar de sus hijos en los momentos fundamentales: de
cero a siete u ocho años, cuando se forma la personalidad.
Pero la ideología de género “avanzó” y hubo y
hay multinacionales y fundaciones que promueven el sexo como placer solamente.
De ahí la promoción de leyes que permiten la interrupción del embarazo.
De esto sabe mucho Cuba en donde la mujer puede
abortar en cualquier momento, aunque el bebé ya pueda vivir fuera del vientre
materno.
También lo saben las Farc que han vuelto a las
niñas objeto de satisfacción sexual y luego les impiden tener al niño que está
en su vientre.
No puedo dejar de recordar las cartillas del
Ministerio de Educación en donde se habla de tres modelos de familia y también
que los niños no nacen hombre o mujer sino que se hacen lo uno o lo otro y hay
que respetar que se vistan como quieran.
Me preguntó: ¿Por qué la Iglesia Católica y
otras iglesias no han protestado frente a esto?
El ahora San Juan Pablo II se dio cuenta del
problema y dijo que el valor fundamental es la vida. ¿Por qué la Iglesia
Católica no protesta cuando abiertamente se habla de ella como traba al
hedonismo?
¿Por qué nuestra Iglesia no se pronuncia cuando
se oye que la ética no es una sino que se adapta a los tiempos?
¿Por qué no ha protestado cuando se fomenta la
unión libre, el no al matrimonio y se habla de la maternidad como algo
vergonzoso?
¿Qué le pasa a nuestra comunidad que basa el
éxito en tener más cosas y rápidamente y no en el ser y su dignidad intrínseca?
¿Dónde está la campaña para evitar que haya
sitios de aborto, sitios para deshacerse del bebé defectuoso?
Es bueno saber que las fundaciones dan cuatro y
medio millones de dólares, creo que al año, en anticonceptivos y enseñan a los
profesores -que no maestros- a distribuirlos.
Que donan máquinas para abortos que destruyen a
las criaturas y las usan para producir cosméticos.
En la reunión de El Cairo en 1998 se estableció
el aborto como derecho. Acordémonos que el bebé en el vientre materno es un ser
distinto a ella, como una orquídea en un árbol. Que está en el vientre mientras
se madura para poder nacer.
En 1998 se establecieron los derechos humanos
sobre la salud sexual y reproductiva.
En la reunión de Beijing se consideraron
negativos el matrimonio, la familia y la maternidad.
Luego, México, Colombia y Argentina definieron
la libre orientación sexual.
¿Los medios de comunicación no se han dado
cuenta de que los utilizan para promover estas teorías de identidad de género?
A propósito: en ninguna de las 297 páginas del
Acuerdo Farc-Santos se menciona la palabra Dios. ¿No es esto indicativo de algo
anormal y excluyente?
¿Quiénes nos uniremos para buscar la paz pero
sin entregar todo el poder a las Farc, que incluyen las 297 páginas en el
bloque de constitucionalidad y lo blindan depositando un ejemplar en la sede de
Berna, Suiza, aduciendo que para hacerlo se basan en los Protocolos adicionales
a los Acuerdos de Ginebra que se refieren a delitos de lesa humanidad y
violatorios del Derecho Internacional Humanitario, DIH, que supuestamente los
cobija?
¿Cuándo caeremos en cuenta de que todo lo
anterior es parte del blindaje para que sus delitos sean amnistiables e indultables?
Nota: Los datos acá incluidos sobre la ONU, las
fundaciones y la identidad de género se basan en dos conferencias:
1.
Don Alberto Bárcena Pérez,
profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid España.
2.
La Señora Amparo Medina,
ecuatoriana. Ex funcionaria del Fondo de Población de la ONU. Actualmente es
presidenta de la Red Pro Vida en Ecuador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario