miércoles, 24 de agosto de 2016

Desde el asfalto

Criminales al poder, inocentes a la cárcel
AnaMercedes Gómez-Martínez

Duele en el alma que Andrés Felipe Arias Leiva sea extraditado a Colombia para seguir pagando una cárcel injusta, como fruto de una acción que se percibe netamente politiquera, cuyo objetivo sería frenarle su estelar carrera política.

Tengo que decir que fui una especie de “trompo pagador” para revivir, en enero de 2010, el tema de Andrés Felipe Arias y de quien lo apoyaba, lo apoya y lo apoyará, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.

Como de costumbre, este país se desconecta entre diciembre y mediados de enero. Y hubo quienes lo volvieron a conectar para sacar del ruedo político a un presidenciable, precisamente, Andrés Felipe Arias. Esa es mi hipótesis.

Pero devolvámonos a fines de noviembre o principios de diciembre de 2009. Hubo un debate en el Senado contra el entonces ministro de Agricultura, Andrés Fernández, por el tema Agro Ingreso Seguro, AIS. La defensa del ministro Fernández fue brillante.

Yo seguí de principio a fin dicho debate para poder editorializar al respecto. Tomé notas y escribí un Editorial para El Colombiano, diciendo con argumentos, valga la redundancia, que el Ministro había estado brillante y que muchos colombianos del asfalto habíamos quedado ilustrados y tranquilos.

El escándalo había surgido cuando Arias era Ministro y se descubrió que la familia costeña Dávila Abondano había dividido un predio, creo que de más o menos cien hectáreas, en cien partes, porque así recibirían más dinero de AIS, que si pedían un solo crédito por la totalidad de su tierra.

Se comprobó que el ministro Arias no conocía a los Dávila, quienes tuvieron que devolver el dinero. Es bueno recordar que AIS venía de tiempo atrás, que recibía el visto bueno del IICA, un organismo de la OEA que supervisaba las gestiones. También es bueno que se sepa que el gran porcentaje de los créditos otorgados fue a pequeños agricultores para que tecnificaran sus parcelas y las hicieran más productivas. Y que había acompañamiento.

En ese tiempo: fines de noviembre o principios de diciembre, yo recibí una llamada de la periodista de Semana María Teresa Ronderos. Ella me dijo que, haciendo pesquisas, en la lista de beneficiarios de AIS figuraba una Ana Mercedes Gómez, que si era yo.

Le contesté que yo tenía un crédito de 80 millones con el Banco Agrario para un pequeño invernadero de un follaje llamado ruscus. Que yo NO creía que eso hiciera parte de AIS. Le di el número del crédito y los datos sobre intereses mensuales y amortización semestral a capital.

Me contestó que no valía la pena. No agregó nada. Le dije que, ante cualquier duda, me llamara. Nunca lo hizo.

Salí de vacaciones y ¡oh sorpresa! A mediados de enero cuando regresé, Daniel Coronell me había dedicado su columna de la revista Semana. Decía, palabra más, palabra menos, que yo había faltado a la Ética Periodística porque, al escribir el Editorial, dos meses antes, he debido decir que yo era beneficiaria de AIS. En ese momento me enteré que los créditos del Banco Agrario habían sido englobados en AIS.

Ya se imaginarán el escándalo en los medios radiales bogotanos. Todavía hoy hay quien cree que yo tuve un gigante subsidio y no un pequeño crédito subsidiado.

Le contesté a Coronell. Pero yo me preguntaba. ¿Cuáles son las motivaciones subyacentes que tuvo este columnista? Creo que las descubrí y repito lo dicho al principio de este texto: Quizá necesitaban hacerles un escándalo al presidente Uribe y al presidenciable, Arias Leiva, y yo fui el instrumento de visibilización.

Vino todo el montaje contra Andrés Felipe Arias quien se defendió muy bien ante la Justicia. Pero esta falló en su contra y lo condenó a 17 años de cárcel. Estuvo en la Escuela de Carabineros porque le negaron el beneficio de casa por cárcel por “ser un peligro para la sociedad”.

Su esposa tuvo que trabajar para sostener el hogar, dejando en casa a sus dos pequeños hijos. A ella también le hicieron escándalo. Pero se dieron las cosas y la familia entera pudo irse a Estados Unidos, como perseguida política. Allá le dieron permiso de trabajo.

Pero hoy, miércoles 24 de agosto, fue capturado al amanecer y parece que será extraditado a su adorado país, para seguir en la cárcel.

Cómo duele ver que los jefes guerrilleros de las Farc seguramente no pagarán cárcel por sus delitos de lesa humanidad y violatorios del Derecho internacional Humanitario, DIH. En cambio, Andrés Felipe Arias sí estará en la cárcel. Seguramente nuestra injusta justicia repetirá que “es un peligro para la sociedad”.

Cómo duele saber que el mayor cartel de cocaína del mundo llegará al Congreso de la República de Colombia, mientras Andrés Felipe Arias, encarcelado, no podrá llegar a ningún cargo público, durante 16 años.

Cómo duele observar ciertos comportamientos que se perciben contradictorios del gobierno de Estados Unidos. ¿Ya no les importa la cocaína que envenena a millones de sus nacionales? ¿Tampoco, que Colombia haya vuelto a ser un mar de coca, porque Santos les da gusto a las Farc y otros grupos ilegales? ¿No les importa la injusticia contra Andrés Felipe Arias? ¿O los tienen silenciados?

¿Qué se hicieron Myles Frechette, Anne Paterson, William Woods y William Brownfield, ex embajadores de Estados Unidos en Colombia? ¿Dónde está esa maravillosa Secretaria de Estado que vino a analizar nuestra situación, Madeleine Albright? ¿Qué pensarán George W. Bush y Bill Clinton que tanto apoyaron el Plan Colombia?

Siempre hemos sabido que la prioridad de Estados Unidos es Israel. Pero en los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe hubo un gran apoyo a Colombia. ¿Por qué ahora no? ¿Por qué el Departamento de Estado parece no apoyar a Arias Leiva?

¿Acaso no se dan cuenta de que Colombia es la joya de la corona del castrochavismo y que, convertida al comunismo, este hemisferio será un peligro mayor para los estadounidenses que en la época de John F. Kennedy quien lanzó el programa Alianza para el Progreso para salvarnos del comunismo soviético-cubano y salvar a su propio país?
¿Tendrá esto que ver con el futuro próximo de Simón Trinidad, a quien las Farc quieren imponer como veedor de la dejación de armas del grupo al que ha pertenecido por años? Pero como él está en una cárcel estadounidense, ¿habrá una negociación para dejarlo volver a su terruño y así las Farc ver cumplido su sueño de poner a un “ratón más a cuidar el queso”?

Me solidarizo con Andrés Felipe Arias y toda su familia. Me preocupo por otros colombianos que quedan en una cuerda floja en Estados Unidos y otros países.

Siento perplejidad por la candidez y el romanticismo internacional frente a Colombia. Definitivamente volvimos a ser “el patio de atrás” y una insignificante “república bananera”, que les importa a muy pocos en todas las latitudes, incluido nuestro amado terruño.

Por esto y mucho más votaré NO en el plebiscito.     

miércoles, 10 de agosto de 2016

Desde el Asfalto
Sodombia o Colombiamorra
AnaMercedes Gómez-Martínez

Una cosa es aceptar y respetar a los miembros de la comunidad Lgtbi y otra, muy distinta, promover el lesbianismo, los gays, los transexuales, los bisexuales e intersexuales.

Una cosa es procurar que no se les ofenda ni discrimine en ningún sitio, ningún escenario, incluidos los colegios, y otra, muy distinta, es que se puedan expresar sus afectos, uno al otro, en lugares públicos.

Llámenme pasada de moda, pacata o lo que quieran, pero creo que las manifestaciones eróticas tanto de heterosexuales como de miembros de la comunidad Lgtbi, no deben hacerse en lugares públicos, por donde pasan niños, jóvenes, adultos mayores y ancianos.

Hay sitios para estas manifestaciones de la intimidad, manifestaciones que en lugares públicos pueden escandalizar o, por lo menos, hacer sentir incómodos a los transeúntes.

Acepto a las comunidades Lgtbi. Tengo amigos, personas cercanas, que siguen una u otra de estas tendencias. Los visito o me visitan, pero jamás he visto en sus casas o en la mía, manifestaciones de erotismo. Sé que comparten conmigo que hay un lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.

Por todo esto no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dice la cartilla del Ministerio de Educación Nacional. Hay otras que entiendo y acepto, como evitar el bullying o matoneo. Estas personas merecen respeto, son seres humanos y sienten, como el resto de los mortales. Leí toda la cartilla. Son 99 páginas.

Pero no comparto muchas otras cosas. Mencionaré unas pocas para no hacerme tan extensa como la cartilla.

Dicha cartilla se apoya en una ideología que considero errada: que los niños y las niñas nacen sin sexo y que pueden escoger ser lo que quieran.

Los bebés, en su gran mayoría, nacen con su sexualidad bien definida: masculina,(cromosomas xy), o femenina,(cromosomas xx). Pero, además, se diferencian en sus rasgos externos, y no me refiero a sus órganos sexuales únicamente. Los hombrecitos son generalmente más grandes, tienen movimientos más bruscos porque nacen con más fuerza, se les ve su cara muy masculina. Las niñas son más pequeñas, tienen menos fuerza y rasgos muy femeninos en su cara.  

Pues, basada en la ideología que mencioné, la cartilla dice que los colegios deben permitirles a los niños y a las niñas vestirse como quieran. Que las instituciones educativas deben tener pantalones y faldas dentro de sus uniformes y que los niños pueden ir de falda y las niñas, de pantalones.

Que aquellos planteles que tengan en sus estatutos la frase: “la preservación de la moral y/o las buenas costumbres”, deben ajustar el manual porque “frases como estas dan lugar a interpretaciones y acciones que pueden llevar a la vulneración de derechos en el marco de construcciones socioculturales que han considerado un atentado contra “las buenas costumbres” las OS. e IG. no normativas”. (OS. significa Orientaciones Sexuales; IG. significa Identidades de Género, ambas, no hegemónicas en la escuela).

El Manual también pide que la comunidad educativa reconozca la construcción identitaria(sic) y nombren al estudiante como él o ella se esté reconociendo.

También pide promover el desarrollo anual de una semana de reconocimiento y la promoción de los derechos sexuales y reproductivos, DONDE LA VISIBILIDAD DE LAS OS. E IG. NO HEGEMÓNICAS SEAN UN CENTRO IMPORTANTE. (Las mayúsculas son mías). Para mí esto significa dar relevancia, promover, las opciones distintas a la heterosexualidad.

También pide que en las bibliotecas haya material pedagógico al respecto, en todo tiempo y para todas las edades, incluidos profesores.

Considera como factores de riesgo, entre otros:

1). que los contenidos trabajados en las aulas legitiman de manera exclusiva las relaciones afectivas o configuraciones familiares heterosexuales.

2). Que las madres, padres o tutores(as) centran su ejercicio de la maternidad o paternidad en la reproducción de modelos de comportamiento.
Para no cansar más sólo pongo una pregunta de un test que deben contestar los colegios:

“¿Se desarrollan acciones para promover nuevos modelos de masculinidad y feminidad?”.

Como les dije, esto es apenas un mínimo del contenido de la cartilla del Ministerio de Educación de Colombia.

Estoy de acuerdo con la promoción de los Derechos Humanos, pero, ¿acaso no es un derecho que un centro educativo tenga la orientación ideológica que la ética de sus fundadores plasmó en el acta de fundación?

Y ¿acaso no es un derecho que los padres de familia escojan el colegio más acorde con sus principios éticos y la formación que quieren para sus hijos?

Aterra que estos postulados tan de “avanzada” que tiene el manual sean promovidos por la UNICEF y la UNESCO, organismos de la ONU dedicados a la educación, la ciencia, la cultura y la infancia.

Es bueno saber que los miles de millones de dólares y euros que sostienen esta ideología vienen de multinacionales muy conocidas. Ver en Internet:
Taringa.net. Ahí hay un artículo que se titula: “Quién financia al movimiento gay”.

Y como en Colombia todo nos llega a destiempo, en el portal: noticiacristiana.com dice, en un artículo del 15 de julio de 2016: “ESTRASBURGO, FRANCIA.- Por unanimidad, el tribunal de Derechos Humanos más importante del mundo estableció textualmente que “no existe el derecho al matrimonio homosexual”. “Los 47 jueces, de los 47 países del Consejo de Europa, que integran el pleno del Tribunal de Estrasburgo, (el tribunal de Derechos Humanos más importante del mundo), ha dictado una sentencia de enorme relevancia, la cual fue y es sorprendentemente silenciada por el progresismo informativo y su zona de influencia”.(…)

“En cuanto al principio de no discriminación, el Tribunal también añadió que no hay tal discriminación dado que “los Estados son libres de reservar el matrimonio únicamente a parejas heterosexuales”. Sin embargo, la cartilla adoptada por el Ministerio de Educación colombiano menciona los tres tipos de matrimonio que hay en Colombia: Hombre con hombre; Mujer con mujer; y Hombre con mujer. Hay dibujos y en la mitad de cada pareja hay niños.

Una vez más, según mi criterio, Colombia va en contravía. Acepto que haya los efectos económicos y civiles para parejas del mismo sexo. Pero no acepto que a estas uniones se les llame matrimonio. Y en esto parece que coincido con el Tribunal de Derechos Humanos de Europa, con sede en Estrasburgo, Francia.

Les recomiendo leer el Manual del Ministerio de Educación que se abre en varios portales. Yo lo abrí en dos y tiene el logo del MinEducación, de la Presidencia, Unfpa, Unicef y Pdun: www.slideshare.net
El otro portal es: www.yumpu.com

Yo quedé preocupada pensando en el presente y el futuro cercano de la educación de los niños y jóvenes y en cómo será la sociedad colombiana en poquísimos años. ¿Es esto libertad o libertinaje? El país será peor que Sodoma y Gomorra. Quizás hasta cambiemos de nombre y nos llamemos Sodombia o Colombiamorra. Así seremos de la “avanzada” a destiempo.



viernes, 5 de agosto de 2016

Desde el asfalto
Por qué votaré NO en el plebiscito

AnaMercedes Gómez-Martínez

Quiero la paz de Colombia, pero no la paz FarcSantos que se estaba negociando en La Habana. Ahora habrá un capítulo que será redactado en Colombia, bajo la misma orientación. Por tal motivo votaré NO en el plebiscito.

Quiero la paz en Colombia, pero no la paz de las Farc. No estoy inventando. Tanto alias Iván Márquez como alias Timochenko lo han dicho claramente: Que como políticos buscarán que Colombia sea parte del Socialismo del Siglo XXI, el de Cuba y Venezuela, con la combinación de todas las formas de lucha para llegar a la dictadura del proletariado. Por eso votaré NO en el plebiscito.

En Cuba, los Castro se tomaron el poder y dos años después se declararon comunistas. En Venezuela, Chávez arrancó como mansa oveja y luego dejó la piel y salió el lobo comunista. No hay para qué recordar todo lo que está pasando en la Venezuela de hoy y lo que ha pasado en Cuba con el Paredón, la falta de libertades, el no futuro si alguien no sigue lo que dicta el régimen. Me consta el miedo de los cubanos y cómo sólo nos dicen los fracasos de su “modelo” en voz baja y rogando que no los identifiquemos en lo que escribamos o digamos porque: “Hasta ahí llega mi carrera y el futuro de los míos”. Quiero la paz, pero no la paz de FarcSantos. Votaré NO en el plebiscito.

A propósito: ¿Por qué siguen saliendo cubanos y dando la vuelta por toda Suramérica buscando llegar a Estados Unidos? No lo harían si el comunismo de la isla fuera bueno. Lo hacen desesperadamente. Al ver y oír todo esto, me convenzo más y repito: Votaré NO al ilegítimo plebiscito.

Cubanos y venezolanos fueron engañados y después les saltó la liebre. En Colombia las Farc no nos han engañado y dicen por qué y para qué quieren el poder. ¿Ante tanta claridad de sus propósitos votaríamos SÍ al plebiscito? Creo que no. Gracias a la claridad de la guerrilla, que no de Santos, votaré NO en el plebiscito.

Alguien me decía que el pueblo colombiano no es bobo y que no va a votar en unas elecciones por el comunismo que ofrece la guerrilla. Estamos de acuerdo, el pueblo colombiano no es bobo ni tonto. Pero, ¿qué hará si le ponen un fusil en la sien o lo hacen con sus hijos? Por ellos y por todos los colombianos de buena voluntad, votaré NO en el plebiscito.

Escuché a un militar refiriéndose a las respuestas de Luis Carlos Villegas sobre los requerimientos que le hacían el Comandante del Ejército y el Comandante de las Fuerzas Militares para garantizar su misión Constitucional de Defensa. Que necesitan reparar los tanques de guerra, hacerles overhaul, (mantenimiento), a los aviones Tucano. Que necesitan revisar los misiles tierra aire, entre muchas otras cosas. Y la respuesta del Ministro fue No hay plata para nada de lo que Ustedes solicitan. Por esto votaré NO en el plebiscito.

No se nos olvide que JMSantos nos amenazó con la reactivación de las milicias urbanas, con la llegada de lo que él llama guerra a las ciudades, si nos negábamos al SÍ al plebiscito. Las milicias están en las ciudades. Lo único que sabemos es que no habrá más Fuerza Pública para cuidar a sus habitantes. Razón extra para votar NO en el plebiscito.

Hace poco anunciaron las autoridades, MinDefensa y el Presidente de ACORE el llamado a calificar servicios a 120 Tenientes Coroneles del Ejército. ¿Por qué ahora? Precisamente cuando más se necesitan…Triste y sospechoso. Otro motivo para votar NO en el plebiscito.

Oí que, con mucho orgullo, decían que iban a reforzar el batallón de soldados que van a prestar servicio en las Fuerzas Especiales de la ONU. Y ¿por qué no los dejan en Colombia para cuidar las zonas de concentración de las Farc, pensé, en vez de traer gendarmes cubanos? Por eso votaré NO en el plebiscito.

¿Se nos ha olvidado lo que hacen en Venezuela al lado de Maduro y Diosdado Cabello? Viendo su actuar, me reafirmo en que votaré NO en el plebiscito.

¿Acaso no nos damos cuenta de que en la vigilancia de las zonas de concentración quieren prescindir de los organismos en que tienen asiento Estados Unidos y Canadá, es decir la ONU y la OEA? Por esto votaré NO en el plebiscito.

Hoy, (viernes), escuché al gobernador de Antioquia, Luis Pérez, preocupado porque ni Santos ni sus negociadores lo han consultado, tampoco a los Alcaldes, sobre las zonas definidas para Antioquia, que, según el Gobernador, no pueden estar en sitios estratégicos como Hidroituango, el Nudo de Paramillo ni en reservas indígenas, ni en Turbo. Seguramente también está pasando lo mismo en otros departamentos. Una razón de más para votar NO en el plebiscito.

JMSantos dijo que para votar el plebiscito no es necesario que todo esté acordado. Entonces, ¿vamos a firmar una hoja en blanco? Ni riesgos. Otra razón para votar NO en el plebiscito.

Si el umbral lo bajaron al 13% del potencial electoral es porque temen perder. Bajarlo, no es jugar limpio. Por eso votaré NO en el plebiscito.

Detrás de la jornada electoral vendrá una cascada de impuestos para tapar el hueco fiscal. Ni el IVA a productos de la canasta familiar se salva. Este IVA golpea más a los más pobres. Otra razón para votar NO en el plebiscito. 


¿Y cómo así que todo lo acordado y por acordar entrará al bloque de Constitucionalidad con el apoyo de un Congreso mayoritariamente enmermelado? Votar NO en el plebiscito es un deber, creo.

Como si esto fuera poco, lo acordado será depositado en Ginebra, no importa que la mayoría de los textos, o quizá todos, nada tengan que ver con los Protocolos Adicionales a los Acuerdos de Ginebra que se refieren solamente a delitos de lesa humanidad y violatorios del Derecho Internacional Humanitario, DIH. Es decir, tendrán rango supraconstitucional, serán tratados internacionales. Ya esto es demasiado. Por eso votaré NO en el Plebiscito que se nos vino encima.

Hay muchos otros temas que son estudiados magistralmente por juristas. Hay que analizarlos para estar requeteconvencidos de que hay que votar NO en el ilegítimo plebiscito.

Quiero la paz, pero no la paz de FarcSantos. En Colombia hay mucho por cambiar. Hay que acabar con la inequidad y la corrupción. Hay que descentralizar muchas tareas. Hay que revisar los sistemas educativos y de salud. Hagámoslo. Para lograrlo se necesita buena voluntad y acción. No dejemos que esa bandera la ondeen los guerrilleros, los terroristas y los narcotraficantes.