Del sueño a la pesadilla
AnaMercedes Gómez-Martínez
Escucho a tantas personas convencidas y
seriamente comprometidas con el proceso de negociación con las Farc y con el
Eln y me lleno de esperanza y de ganas de trabajar para que de verdad y, entre
todos, construyamos la auténtica paz.
Y creo que en esta construcción, obviamente, deben
estar los miembros de estos grupos que se alzaron en armas contra un Estado
democrático, sin negar que nuestra democracia es frágil y que, con acuerdos o
sin acuerdos, tenemos que ayudar a fortalecerla para que en Colombia haya
igualdad de oportunidades para todos, en todos los rincones del país.
Esto significa que haya descentralización de
Bogotá hacia el resto de Colombia, y de cada capital departamental hacia sus
distintas regiones.
En Antioquia hay que crear auténticos polos de
desarrollo en, por lo menos, ocho zonas: Urabá, Occidente, Suroeste, Oriente
cercano, Oriente lejano, Nordeste, Norte, Sur. Con vivienda, alimento,
educación y trabajo dignos y de calidad. Con fábricas y vías excelentes para
sacar los productos, también de calidad, y ser competitivos en un mundo
globalizado.
Pero leo lo que ya está acordado en La Habana y
me surgen muchas preguntas.
Menciono algunas: ¿Y qué va a pasar con las
milicias urbanas? JMSantos reconoció que las había, que estaban armadas y así permanecerían,
y nos amenazó con ellas si votamos NO en el plebiscito. Dijo, palabra más,
palabra menos, que lo que él llama guerra se trasladaría a las ciudades.
O sea, que lo acordado está cojo y ¡bien cojo!
Otro interrogante: ¿Qué va a pasar con el mar
de coca que es Colombia? Hoy hay más que en 2001. No lo dicen inexpertos sino
expertos de la ONU y de Estados Unidos. Pero algo más grave: hay montones de
laboratorios en los que se procesa cocaína para exportar y para el consumo
interno.
Muy triste decirlo, pero nuestro país ya es
consumidor significativo de droga, por aquello del libre desarrollo de la
personalidad. Y como negocio es negocio, hay quienes les dan dulces untados de
alucinógenos a los niños, quienes inocentemente se van volviendo drogadictos.
Creo que hay que perdonar y reconocer que somos
un país inequitativo donde unos pocos tienen de sobra, y mucho; y otros carecen
de casi todo o de todo.
Entonces que quienes hemos tenido oportunidad de
estudiar y tener un trabajo digno o somos multimillonarios hemos fallado por
acción u omisión.
Entonces nos toca renunciar a privilegios,
ceder, ser más solidarios y aportar para construir el sueño de la igualdad de
oportunidades para todos.
Estoy soñando esto y oigo que guerrilleros
pedagogos dicen que Colombia será un país comunista, que seguirá el modelo
castro-chavista y que acá se impondrá la dictadura del proletariado.
Despierto como de una pesadilla, caigo en la
realidad y pienso: Esa no es la paz que queremos la mayoría de los colombianos.
No queremos que nos nivelemos por lo bajo: todos pobres, menos la nomenklatura,
es decir los jefes, que sí tendrían barrios exclusivos, carros de lujo,
banquetes y comilonas, como vi en Cuba, con mis propios ojos, cuando tenían el
apoyo de la URSS.
Lo peor es que esas condiciones siguieron
después de la caída del Muro de Berlín y del colapso de la URSS. Los jefes con
de todo, y el pueblo comiendo fríjoles con arroz. Un tomate y una lechuga son
lujos en una casa cubana del ciudadano de a pie.
Y empezó la economía del rebusque: venta de los
muebles, de los libros, de los adornos que dejaron quienes salieron con una
mano adelante y otra atrás a empezar de cero, especialmente en Estados Unidos,
cuando Castro se destapó y dijo que Cuba sería, como lo es ahora, comunista.
Y, sin el apoyo soviético, volvieron las
enfermedades que producen la falta de los productos básicos de higiene y de los
botiquines familiares.
¡Qué ironía! Cuba volvió a ser el casino y el
prostíbulo del mundo, como en la era del dictador Fulgencio Batista.
Ese privilegio de lujos es compartido por los
negociadores en La Habana. Basta con ver las fotos.
Siempre lo he dicho: Lo que fue bueno para el
mundo, Gorvachov, la perestroika y la glasnost, el sindicato Solidaridad en la
Polonia de San Juan Pablo II, fue muy malo para Colombia. Porque, sin el dinero
soviético, las guerrillas colombianas empezaron a financiarse con la cadena de
la coca y el secuestro extorsivo, sumado al político.
Supe que alias Iván Márquez lloró al escuchar
lo que le decían las víctimas sobre los horrores que padecieron ellos o los
suyos. Que se comprometió a no hacer terrorismo. Y que las víctimas que fueron
a La Habana perdonaron y Márquez y sus compañeros de las Farc les pidieron que
los perdonaran. Toda una lección.
Pero luego oigo que francotiradores con
brazalete guerrillero matan y rematan a policías y soldados a mansalva y me
pregunto: ¿Dónde está la voluntad de nunca más?
Que los guerrilleros se van a concentrar en no
se sabe cuántas zonas del país y que tendrán supervisión extranjera. ¿Cuánto
tiempo y qué calidad de supervisión? No lo sabemos a ciencia cierta.
Pero ya se sabe que muchas de estas zonas, por
no decir todas, están en sitios estratégicos donde se cultiva droga o hay
laboratorios, donde hay minería ilegal, o en zonas de frontera con países que
reciben a guerrilleros y son corredores para sacar la cocaína para el mundo
entero.
El Nudo de Paramillo es el corredor directo
hacia el río Atrato, Chocó, el Golfo de Urabá. Por lo tanto, para el Océano
Pacífico y el Caribe.
Ituango es la zona del mayor proyecto
hidroeléctrico de Colombia y comunica con el Bajo Cauca, el Nordeste y Urabá.
Briceño, que será territorio piloto para la
concentración de las Farc, limita con Ituango, Toledo, Valdivia y Yarumal.
Conejo es paso directo al Caribe norteño de
Colombia y al Golfo de Maracaibo, antes de Coquivacoa, en Venezuela.
Cumariba, que abarca a Vichada y Guainía, es
salida directa al Río Orinoco y Venezuela. ¿No será este el nuevo nombre de la
República Independiente de Caquetania, soñada de tiempo atrás por las Farc?
Y ni mencionar a Tibú, El Tarra, (límites con
Venezuela), y Nariño y Putumayo, (límites con Perú y Ecuador y fácil salida al
puerto de Tumaco.
Para qué hablar más de los poderes para
JMSantos y las guerrillas, de sus acuerdos como parte de la Constitución, y con
rango supraconstitucional y el Congreso como simple notario.
Me pregunto: ¿Cuál es la tarea de los que
queremos una paz sin impunidad total, con entrega de armas y una cárcel corta,
pero cárcel, para quienes hayan cometido delitos de lesa humanidad? ¿Cómo
debemos unirnos y quiénes serán nuestros líderes?
Sueño con que podamos construir una paz que se
acoja al Estado Social de Derecho, en el que haya independencia, libertad
responsable, una justicia justa, y pesos y contrapesos.
Sueño con una comunidad organizada, en la que
la familia tradicional sea el núcleo básico de la sociedad donde papá y mamá
moldeen la personalidad de sus hijos y les enseñen los valores humanos y los
principios éticos.
Despierto y creo ver que el proceso va por otro
lado y que la paz que se está construyendo no es la que queremos la gran
mayoría de los colombianos.
Para acabar de ajustar, escucho que hay frentes
de las Farc que no quieren dejar de hacer lo que han hecho por décadas y se
declaran en rebeldía frente a lo que les indican desde La Habana.
Por otro lado oigo que expertos dicen que el
proceso con el Eln será más difícil, pues ellos siguen haciendo actos
terroristas y secuestrando gente.
También, que el paro camionero es cada vez más
fuerte. Con sus consecuencias en la escasez y el alza de los alimentos de la
canasta básica. En esas estamos al momento de escribir esta reflexión.
Por todo eso votaré NO al plebiscito, si hay
umbral, aunque haya sido reducido al 13% del potencial de votantes.
Por todo esto, paso, en minutos, de la
esperanza a la desesperanza. Del sueño a la pesadilla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario